Una boda en plena Sierra, conservando algunas de sus tradiciones fueron la que tuvieron Karen y Gaudencio.
Llegamos un día antes ya que los preparativos son parte de la tradición de las bodas en la Huasteca, la cita fue en Huitzitzilingo un pueblito de la Sierra Hidalguense, donde la población se abre paso entre una densa vegetación, su significado es “lugar donde habitan los colibríes”.
Por las calles, se escucha a la mayoría de las personas hablando náhuatl una lengua mexicana que es muy común en esa zona, se siente como si fueras extranjero en tu propio país.
Karen y Gaudencio nos han preguntado qué si estamos bien, pues para llegar a ese lugar hay un camino previo de curvas y más curvas que parecen nunca terminar.
Llegamos a documentar parte del día previo, la colocación del famoso zacahuil y xojol que son dos platillos típicos de esa región, algo como dos tamalotes gigantes que serán servidos en el desayuno del día de la boda.
Durante ese día las personas acuden a dejar refrescos, platicar, ayudar, mientras se les brinda un rico pancita y café. Sé aprecia una comunidad muy unida donde todos se conocen.
Karen y Gaudencio se perciben un poco nervioso pero con muchas ganas de que ya sea sábado.
Nos mandan a descansar temprano ya que al siguiente día todo comenzará desde las 6:00 de la mañana. Así que después de documentar como meten el zacahuil y xojol al horno pasamos por unos tacos pues aunque parece otro país, seguimos en México.
Al siguiente día los hombres se encargan de sacar el zacahuil del horno de tal modo que este no se vaya abrir y se derrame. Llevan estos tamales gigantes a la casa de los papas de la novia y el novio en donde serán repartidos en el desayuno. Tanto para sacar los tamales del horno como para el desayuno, se escuchan unos cuetes previos que son los que dan aviso a la población.
La mujeres se encargan de abrir y servir el zacahuil para que los invitados vayan desayunando, el tamal es muy rico pero estaba sufriendo pues no podia terminar con todo lo que me sirvieron y tenia que desayunar rápido para cubrir la apertura del xojol en la casa de los papás de Gaudencio.
El tiempo seguía su marcha mientras Karen y sus damas de honor se estaban arreglando, cuando de repente oí esa voz que decía “vengase al mole” pues sí entre 12:00 pm y 1:00 pm sigue el mole y los novios todavía no han ni salido a la calle. Un mole picoso y delicioso. También hay cuetes para que le lleguen al mole.
Karen y Gaudencio, salieron cada quien de sus casas hasta el templo como lo marca la tradición por las calles, acompañados de sus papas, familiares , amigos y la música de la region.
De aquí en adelante todo siguió su curso, la historia ya no se puede contar con palabras, sino con fotografías: alegría, sonrisas, música, y una fiesta espectacular.